Sur le cinéma : Classifications des signes et du temps

Curso Vincennes - St Denis
Cours du 22/03/1983

Los aspectos del tiempo, Bergson, el movimiento, Kant, lo sublime dinámico

... Hemos iniciado con el primer aspecto del tiempo: el tiempo intervalo. La desmesura es el conjunto del tiempo, es la inmensidad del pasado y del futuro. Ya no es el intervalo, presente variable, es la inmensidad del pasado y del futuro, es el conjunto del tiempo constituido como simultaneidad. Y bajo la pluma de Gance surge la fórmula del simultaneismo, ¿a qué hace eco esta fórmula? En la misma época, los pintores lanzan la consigna del simultaneismo. ¿En qué se distinguen estos pintores del cubismo? ¿La diferencia será solo práctica, a nivel de las formas que adoptan? No se cansan de explorar las circunferencia, los semi-círculos, contrariamente a los cubistas que tienen necesidad de la descomposición por superficies angulares, por detenciones. Esos simultaneistas son los Delaunay, los Léger, que lanzan, en la pintura, los arcos de círculo más extraordinarios. Léger se apasiona por el cine en función de sus posibilidades de simultaneismo.
El simultaneismo no es el presente, ni la captura del presente, no es el impresionismo (el arte del intervalo). El simultaneismo, es la eternidad del tiempo, no es la eternidad a secas, es la eternidad como eternidad del tiempo, el tiempo captado como conjunto del tiempo. La inmensidad, la simultaneidad del pasado y del futuro en el conjunto. Y ¿cuándo y dónde, el pasado y el futuro son simultáneos? Solo y únicamente en el conjunto del tiempo, si los sacamos del conjunto del tiempo, ya no son simultaneos. La rueda de Delaunay y la rueda de Léger son el conjunto del tiempo. Para añadir un tercer gran nombre, Messiaen. El elabora una concepción célebre que llamará los ritmos no retrogradables. Son, por ejemplo, cuando usted tiene dos ritmos, uno a la izquierda y otro a la derecha, que son el inverso el uno del otro, es decir que son la retrogradación el uno del otro, y en el centro hay un ritmo constante. El conjunto de los tres define, según Messiaen, un ritmo no retrogradable. Sobra decir que los colores de Delaunay son típicamente no retrogradables; son la modulación de los colores. Hay un pintor que ha utilizado la expresión "ritmo no retrogradable" a propósito de la pintura y la modulación de los colores, y es Klee, en su diario. Messiaen da como ejemplo los colores de una mariposa. Da un ejemplo pictórico. Gance utiliza la triple pantalla para hacer el ritmo no retrogradable visual, la prueba es que dice que tendremos a izquierda y derecha dos figuras simétricas inversas, y en el centro una imagen principal. Usted tiene dos ritmos que son la retrogradación el uno del otro, a derecha e izquierda, los dos movimientos son la retrogradación el uno del otro, y en el centro usted tiene la imagen principal, es decir principalmente un ritmo no retrogradable.
¿Qué quiere decir todo esto? Es, precisamente, la búsqueda y la captura de un desmesurado y sublime visual. Ese sublime visual es el conjunto del tiempo. Es el simultaneismo, es decir la inmensidad del futuro y del pasado en tanto que son simultáneos, y solo son simultáneos en el conjunto del tiempo. ¿Qué quiere decir "el conjunto del tiempo"? Les hablare de gente que ha dado a esta noción una consistencia, aún si esta noción no se tiene independientemente de ellos. Un círculo de Delaunay es una respuesta a ¿qué es "el conjunto del tiempo"?
Si resumo lo que he dicho de la imagen-movimiento concebida en extensión, es decir en cantidad de movimiento, se desarrollan dos figuras del tiempo. A esas figuras las llamaremos figuras indirectas del tiempo puesto que se las induce del movimiento. A esas dos figuras las llamo, a la primera: número del movimiento, movimiento absoluto, el conjunto del tiempo, la inmensidad del futuro y del pasado, el simultaneismo, el tamaño del movimiento, la rueda, lo sublime matemático. A la otra figura indirecta del tiempo, la llamo la unidad de medida del movimiento, el intervalo del movimiento, el tiempo como parte, el presente viviente. He aquí las dos figuras del tiempo. El movimiento no es solo el movimiento extensivo, es decir el desplazamiento de un móvil. Hay otra cosa, tenemos el movimiento intensivo. La intensidad es un movimiento y, evidentemente, no es un desplazamiento en el espacio. Pero ¿por qué la intensidad es un movimiento? Nos convendría si fuese una luz, pero por el momento titubeamos. Porque, que la intensidad sea luz, puede ser, pero la luz ¿no se desplaza en el espacio? ¡Quizás! Puede ser que se desplace en el espacio, pero no de la misma manera que un cuerpo que cambia de posición. ¿Qué sería un movimiento intensivo? ¿En qué se diferenciaría de un desplazamiento en el espacio?
Pienso en el problema de la causalidad. Al nivel más general, los filósofos, desde el cristianismo (y eso está muy ligado a los problemas de la herejía y a la teología) distinguían tres tipos de causas: la causa transitiva, la causa emanativa, la causa inmanente. Y se destrozaban por saber cual de esas causas era Dios.
La causa transitiva es una causa que debe definirse así: sale de sí para producir, y lo que produce, es decir su efecto, está fuera de ella. Entonces tiene dos caracteres: su efecto le es exterior y sale de sí para producir su efecto. En el desplazamiento de un movimiento en el espacio, la posición anterior es la causa transitiva de la posición siguiente: hay exterioridad. Inútil decirles que si el cristianismo tiene necesidad de una causa transitiva, es una urgente necesidad, puesto que continúa sosteniendo la idea de que hay una distinción real entre el mundo y Dios, es decir que Dios ha creado al mundo. Si el mundo es criatura de Dios y Dios creador, es necesario urgentemente que Dios salga de sí para producir el mundo, y que el mundo sea exterior a Dios. Es necesario que Dios sea causa transitiva.
La causa emanativa es más hipócrita; es una causa tal que el efecto es exterior a la causa, simplemente la causa permanece en sí para producir , si bien lo que ella produce sale de ella. La causa no sale de sí para producir, pero lo que produce sale de ella. Si ustedes piensan en la luz, no es complicado: la luz es el tipo de una causa emanativa, el sol permanece en sí para producir, pero lo que produce sale de él. Es el rayo luminoso, la luz difundida. Y al final de la filosofía griega, de una manera casi contemporánea al cristianismo, se hacen todo tipo de movimientos alrededor de una concepción emanativa de la causa. Es lo que se denominá el neo-platónismo, y es del neo-platónismo que Plotino desarrolla, continuamente, las más esplendidas metáforas luminosas. Es el más grande luminista en filosofía.
Y quienes van más lejos, invocan la causa inmanente. Es una causa que no solo permanece en sí para producir, sino que es tal que el efecto producido permanece en ella. Un ejemplo puro de causa inmanente es desarrollado por la filosofía maldita de Espinoza. Todo el mundo le cae encima. Hablemos de teología. ¿Dios, el concepto de Dios, es una causa transitiva, una causa inmanente, o bien una causa emanativa? Los teólogos se ven forzados a poner un poco de las tres. Dirán al Papa: causa transitiva. No hay cristianismo si no hay distinción real entre los hombres y Dios, pero ¿Cómo pudo hacer Dios al mundo? Esto empieza a ser molesto. Solo pudo hacerlo de una manera. Es necesario que haya un modelo en su entendimiento, y son las ideas tal como están contenidas en el entendimiento de Dios, y Dios por un acto de voluntad produce un mundo conforme a las ideas que hay en su entendimiento. Entonces, de acuerdo, hay causalidad transitiva entre Dios y el mundo si consideramos, de una parte a Dios, y de otra parte al mundo creado por la voluntad de Dios. Pero si consideramos a Dios y al mundo-modelo que hay en su entendimiento, entonces tenemos la causa inmanente. Ese mundo-modelo, son las ideas del entendimiento de Dios, no pueden salir del entendimiento de Dios, permanecen en el entendimiento de Dios y Dios permanece en sí para contemplarlas. Estamos en plena causalidad inmanente. Más aún, para componer el todo y para conciliar los dos movimientos precedentes, es necesario invocar una especie de emanación que viene al mundo tal como Dios lo produce del mundo-modelo en el entendimiento de Dios. Esta vez habría causalidad emanativa entre el mundo de las ideas en el entendimiento de Dios y el mundo real producido conforme a sus ideas.
Si bien, que yo sepa, no hay ningún filósofo, ningún teólogo que no deba recurrir a las tres causas a la vez. Entonces se encuentran una vez ortodoxos y dos veces heréticos, salvo Espinoza que es encontrado herético para todo el mundo y todas las religiones. Discuten duramente, y se denuncian unos a otros ante el Papa. Asistimos todo el tiempo a misas que no son del todo sobre el sexo de los ángeles, sino que son grandes discusiones sobre la teoría de la causa, lo que implica toda una práctica. Alguien que insiste sobre la causa emanativa no está lejos de hacer a Dios mismo de la luz. No está mal pero no es ortodoxo.
Esta causa emanativa que conviene muy bien con la luz, ¿no nos aproxima a una comprensión de xxxx? ¿En qué es del movimiento? La intensidad o la luz produce algo. Permanece en sí para producir lo que produce, y lo que produce no permanece en ella. "La luz cae". ¿Qué es el movimiento de la intensidad? El movimiento de la intensidad es "la luz cae", es decir que es la distancia que separa la intensidad como grado de cero. La distancia que separa de cero una intensidad como grado. Desde el punto de vista del movimiento en extensión, habíamos partido de dos nociones, tamaño y unidad. Aquí nos encontramos frente a dos nociones distintas: distancia y cero. Un tamaño es una cantidad extensiva y divisible. Una distancia es un tamaño pero un tamaño indivisible que separa un grado cualquiera de cero. Es la definición misma de una intensidad. ¿Habrá un tiempo de la intensidad? ¿Habrán figuras indirectas de la extensión? ¿Tendremos aquí nuevas figuras del tiempo? ¿Quizás podemos prever? Teníamos un conjunto del tiempo y teníamos las partes del tiempo, y todo esto lo era desde el punto de vista de dos figuras correspondientes a la extensión. Aquí tenemos un orden del tiempo, esto es diferente. este orden del tiempo corresponde al movimiento intensivo. Prácticamente, nos queda por descubrir todo tipo de figuras del tiempo.
Hemos regulado el conjunto del tiempo, es decir la inmensidad del pasado y del futuro, y la parte del tiempo, es decir el presente viviente. Y ahora tropezamos con un orden del tiempo, y ¿qué? ¿el instante sería un cero de tiempo? Un orden del tiempo y una instantaneidad del tiempo. Un orden del tiempo remite a distancias mientras que un conjunto de tiempos remite a tamaños divisibles.
Aquí, ¿cómo definir el tiempo? Según la causa emanativa, si sale de la causa para caer fuera de la causa, pero la causa permanece en sí, ¿que quieren hacer? O bien, ustedes caerán y caerán hasta el grado cero, o bien ascenderán y se convertirán, es decir retornarán a la causa. Los dos movimientos son la caída y la conversión, o el retorno. Son las figuras del tiempo, son los abismos del tiempo. Ahora bien, en los griegos, están siempre las dos tendencias. Los que relacionan el tiempo al movimiento y los que relacionan el movimiento al alma. Y, va de sí, que nosotros estamos en un pensamiento que relaciona el tiempo, y comprende el tiempo, en función del alma, en el doble movimiento de la caída y de la reconversión.
Jacob Boehme será el maestro de los grandes románticos alemanes. Al inicio de su vida estará Aurora, y al final de su vida Mysterium Magnum. El hace parte de los grandes pensadores alemanes que han sido conocido muy tardiamente en Francia, y gracias a Alexandre Koyré quien ha escrito un libro voluminoso sobre él. He aquí que Boehm nos propone una historia que es la de este orden del tiempo, de esta caída y este ascenso. El tenía el furor de Dios, el deseo de Dios, el amor de Dios, y todo eso entra en una serie de conceptos propiamente locos. Lo que él llama el furor de Dios es una de las cosas más bellas del mundo. Goethe hará un sistema de resonancia (laico) de Boehm. Lo que influencia inmediatamente a Schelling...